La esquina se distrae bajo el agrio murmullo de voces paradas,
aplaude al tímido perro que dora de lluvia su cuerpo gris sumiso,
los soplos de vientos arrojan hojas a sus zapatos,
fangosa entre papelillos,
sigilosa se ahoga.
La esquina contempla el silencio quieto de la noche,
enmudece su garganta sin espacio ni territorio
pensativa y decaída no sabe de movimientos
pasa factura la cal que ennegrece el porvenir.
La esquina callada escucha lamentos
a golpes de latidos lloran en el balcón,
son geranios esbeltos cansados de tanto sol.
Tiembla cabizbaja, ordena el futuro,
los golpes que da la vida erosionan su figura,
se siente abatida, tiene arrugas de años,
de basura está lleno el vértice que no consigue limpiar.
Me siento esquina.
ResponderEliminarMuy bueno.
Bss.
GRACIAS!!!!!!!
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