Hace dos kilos que no mantiene equilibrio.
Sobre el tendedero
otro día que se come las horas
de otro mes cualquiera...
Afuera en la calle,
se abanica el suspiro.
Tomando partido del tiempo
arde a gritos el adoquín
Lento, dócil, pausado,
como gotas de sudor
resbala el recuerdo,
se detiene el físico.
Aquella tarde que deshiela la noche,
es ella y no otra
tan febril y acostumbrada a la alta presión.
Más en el mismo instante,
el agua del mar espera
parece que la corriente arrastra lo cotidiano
se lleva lo importado.
No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés.
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