para sí misma se siente abatida
poco a poco se atraviesa,
que de golpe
no se cura en la vida.
no se cura en la vida.
Tras una larga búsqueda
de quitar todo lo que sobra
de poner en orden los cajones y organizar el almacén,
de poner en orden los cajones y organizar el almacén,
pone a dieta su vida
digiriendo las heridas,
en intervalos del cero al diez.
Y decide poner el pie firme,
aprender a manejar el barro y
proteger al corazón
que quede limpio, intacto
vacio de taquicardias y sadismo
lleno de consuelo, ternura y compasión.