Pan duro del día de ayer,
ese que nunca podré comer,
que se empeña en endurecerse,
que tiene miedo a ser saboreado
¡Ay, por unos dulces labios,
seguidos de un dulce encanto!
Soy sirena varada en la orilla del despertar,
donde muchos anhelan tener que remar
tú te vas,
tu te alejas,
Ansias volver a la tierra amada,
sin un soplo de aliento que recorra tus venas.
Que ya ni en calma rebosas tranquilidad....
¿Por qué estas tan decaído ángel perdido?
¿Por que no regresas a las aguas tranquilas, mansas,
al amor sereno?
Al día que llega con besos nuevos....
Y no tengas miedo,
no tengas miedo.
Vivir es resistir con anhelo,
trozos de lluvia que caen con aliento,
lanzando viento en popa a toda vela,
suspirando gemidos que en mí recuerdas...
Volviéndote loco por una mirada llena,
de caricias, de ternura eterna....
Y vagas, vagas ensombrecido,
carismático tú eres entre amigos,
creyendo que bienvives,
robando besos ya perdidos,
echándole un pulso a la muerte,
siempre tan rodeado de gente…
Prejubiladada carne rota,
que desafía al ocaso,
y muere entre mis abrazos,
como un idiota que olvidó mi regazo.
Isabel Mendoza. 2010
En la orilla del despertar
ResponderEliminardonde muchos anhelan tener que remar.
Echándole un pulso a la muerte...ummmmm