Es el parking lugar mundano
Que más tarde bautizarías como el parking del amor
Es el coche que nos arropa
Separándonos del ruido
Mostrándonos ése silencio incómodo
Que nos acerca a la complicidad
Y la noche testigo de tu mano asomada a mí escote
Por un instante te acercas, me besas y
Chocando nuestros dientes
Intentando encajar
Con mi lengua me giro
Voy adaptándome a tu movimiento abierto, lento, limpio
Voy probando el juego
Pero es un sutil fuego lo que crece tímido
Y ahí sigo
Buscándote
En el abrazo mantenido
Entre la línea divisoria del cuerpo y el corazón
Que aparece para recordarme
Que aún sigo viva.
Isabel Mendoza Limones.
Sevilla, septiembre de 2025.